Embarcarse en la reforma integral de una vivienda puede resultar un proceso largo y costoso, en algunos casos, supone una inversión demasiado elevada y es necesario echar mano de los ahorros.
Y si a estos costes, le sumamos una subida de la luz histórica que hemos sufrido este último año, no es de extrañar que ocupe la mayor parte de los gastos mensuales de la vivienda.
Ante esta situación, te vamos a dar las claves para poder reducir tu factura eléctrica y que puedas amortizar tu inversión cuanto antes, sin dejar de disfrutar de las comodidades de tu nuevo y reformado hogar.
Optimiza el término de energía y la potencia contratada
El término de energía es el importe a pagar por el consumo de luz que se realiza en el periodo de facturación, para reducirlo, deberemos de adquirir unos buenos hábitos de consumo.
Existen múltiples opciones que puedes llevar a cabo en la reforma, como la sustitución de los electrodomésticos por unos más eficientes o la implantación de iluminación LED, además, de aprovechar al máximo la luz y el calor solar, y apagar los aparatos que no se estén utilizando.
La potencia contratada es el término fijo que pagamos todos los meses en nuestra factura, ya que mide en kilovatios el número de aparatos que pueden estar conectados al mismo tiempo en la vivienda sin que se sufra un corte de luz.
Por lo general, los inmuebles suelen tener una potencia mayor de la que requieren, por lo que efectuar un estudio de potencia nos permitirá ajustarla al máximo a nuestras necesidades.
Optimiza tu contrato de luz
Lo anteriormente mencionado reducirán ambos aspectos de la factura, sin embargo, lo más eficaz es comprobar que nuestro contrato no está obsoleto o que cuenta con unos precios elevados.
Es recomendable hacer una comparativa entre las diferentes compañías del mercado para localizar la tarifa de luz más barata. Pero no olvidemos que esto es un proceso completamente personalizado, no todas las ofertas se ajustan de la misma manera a todos los suministros, ya que no solo depende del precio del kilovatio hora, sino también de las necesidades de consumo de sus habitantes.
- Si el consumo es mayoritario por la noche, la mejor opción será una tarifa con discriminación horaria. De esta manera, el precio de la luz es diferente en cada tramo horario, que pueden ser dos (punta y valle) o tres (punta, llano y valle), siendo el precio valle el más económico.
- Si el consumo es regular durante todas las horas del día o el usuario prefiere hacer uso de sus aparatos eléctricos sin horarios, la mejor opción será una tarifa de precio fijo. En este caso, el precio del kilovatio hora de la luz es el mismo las 24 horas del día.
- Si el usuario prefiere adaptar sus consumos a las horas más baratas, la mejor opción será la tarifa PVPC. Al ser regulada, tendrá un precio diferente cada día y cada hora, por lo que para conseguir un verdadero ahorro, será necesario comprobar el precio de la luz hoy, cada día. No es la opción más recomendable, pues debido a las grandes fluctuaciones que está sufriendo el mercado, se pueden alcanzar precios muy altos en las horas puntas sin previo aviso.
Ante cualquiera de las situaciones, dejarse asesorar por un experto energético facilitará la tarea de localizar la mejor tarifa de luz en función de las necesidades de consumo, pues, además, tendrán en cuenta otros aspectos igualmente importantes como la duración de los descuentos, la permanencia y los servicios de mantenimiento si los hubiera.